Dentro del corazón de todo hombre hay un deseo infinito de felicidad, muy ligado a la verdad no a la verdad de cada uno sino a la verdad de todos, aquella que todos deseamos saber y tener. esa verdad cuando la encontramos nos damos cuenta que tiene un nombre y ese es Dios. tengamos la capacidad de decirle si a la verdad, sí a Dios.