11.- Recogimiento interior y
exterior, que en los dos encontrará con anchura al Niño y a su Madre.
12.- Hija mía, dé gracias al
Señor por todo cuanto le da. ¿Pruebas?, dele gracias por ellas, que son medios
de purificarse y tomar fuerzas para buscarle en pura fe dentro de su alma. No
desee más que este morar de Cristo agradándose Él en su pequeñez.
13.- ¿Qué otro oficio más dulce
puede desear que hacerse una con Cristo Jesús?
14.- Pida a la Virgen le conceda
amor a su Hijo y durante el día, dígale muchos piropos piadosos que le recreen.
15.- Abandónese en sus manos sin
ponerle condiciones, y cuanto más le cueste algo y lo venza, más contento
estará Él y V.C. (=Vuestra Caridad).
16.- Sea Él su gozo tanto en el
trabajo como en el descanso; en la dulzura como en la sequedad; en la claridad
como en la oscuridad. Vamos a quererle mucho y siempre sonriendo a cuanto nos
pida.
17.- Empiece a preparar esta
tarde el ramo para ir a Jerusalén mañana, que Cristo la espera. Ya sabe lo que
a Él le gustan las florecillas de renuncias, de sonreír siempre. El pensamiento
en Él todos los días, que está muy solo mi Rey. Todo aquello que se nos
presente hecho con amor inmenso. Que si se lo encarga a la Virgen Ella le dará
el valor a sus flores.
18.- Una sola cosa es necesaria:
amar al Señor con locura; esa es nuestra misión y meta en esta vida, para
estimarla en el Cielo, y con ella haber podido llevar muchas almas que la
esperan en su entrega. No las defraude y verá que su felicidad no tendrá
límites.
19.- V.C. sólo déjese hacer con humildad, suavidad, sencillez,
naturalidad, como quien nada sabe ni puede, pero lo espera todo de Él.
20.- No se recree nada más que en
aquello que es Dios sólo, y la mansedumbre será el fruto de este recreo. ¿Qué
más puede desear?
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